(Escribe: Fernando Echeverría Medina)
La partida terrenal de Miguel Puentes Soto, junto con dejar un vacío familiar doloroso, nos va a dejar un gran legado al interior de la familia.
Don Miguel, en vida fue un hombre a toda prueba, con gran sentido del humor. -Cascarrabia algunas veces- como toda persona, pero por sobre todas las cosas, generoso al momento de compartir su mesa.
Fue una persona que jamás pasaba desapercibida, inmensamente conocido por los diferentes oficios que desempeñó durante su vida. Preocupado de su hogar y el bienestar de su familia. Su entorno debía estar siempre en orden y limpio…en eso no transaba, cosa al final todos le agradecíamos.
Toda una vida en el corazón de la Población Feria donde tenía su pequeño taller de reparación de cocinas a leña y estufas. De todas partes e incluso de fuera de Renaico, llegaban a solicitar sus servicios…jamás le arrugó a la pega, de manera tal que desempeñó múltiples oficios.
Al interior de la familia, fue un hombre que le gustaba rodearse de los suyos. A pesar de tener una casa pequeña, siempre existía un espacio para quieres lo visitaban.
Amante de la música mexicana y ranchera, cada vez que podía no dejaba de lado la cueca en las convivencias familiares. Nuestra ultima celebración junto a él fue el 1° de enero para el Año Nuevo 2023, año que no vamos a olvidar tan fácilmente porque nos arrebató a un hombre bueno por un maldito cáncer, no detectado a tiempo.
Hoy desde estas líneas, quiero agradecer a don Miguel, todo su cariño, sus enseñanzas y sus consejos. Decirle gracias por entregarnos tanto cariño a cambio que compartieran su mesa y que nada faltara ya sea en la escasez o en la abundancia se compartía entre todos.
En su lecho de enfermo, siempre con su mente activa y lucida dio la lucha por vivir. En medio de intensos dolores seguía aferrado a la vida.
Don Miguel se fue de este mundo rodeado de mucho amor de su esposa Alia Troncoso, sus hijas e hijo: Nancy, Verónica, María y José; sus hermanas, yernos sobrinos (as) y nietos. Mención especial a la amiga de la familia Berny que más alla de ser parte de su trabajo, con sus cuidados especiales le permitió disipar un poco el dolor de la enfermedad.
Es el momento de agradecer al Cesfam de Renaico por su deferencia en la atención de don Miguel, a sus vecinos que siempre estuvieron pendientes de su salud y en general a todos quienes lo acompañaron hasta su última morada.
Don Miguel, nuestra obligación ahora es mantener ese legado de unión familiar que nos dejó y en cada encuentro familiar vamos a continuar con su tradición de tener una mesa con calor de hogar y el primer brindis va a ser en su honor.
Suegro que descanse en paz.
Que palabras más hermosas don Fernando.
Que bonito fer.