En la década de los 70-80 en el Balneario Municipal había cuatro kioscos en los que se vendía comida, bebidas, helados y algunos licores, con una vista maravillosa de la playita y ambos puentes (ferroviario y carretero).
Durante las noches, se organizaban coloridas fiestas e incluso con orquestas venidas de diferentes puntos del país.
Hasta el Balneario, llegaban turistas provenientes de diferentes puntos del país que llegaban en tren, buses o micros de acercamiento procedentes de la ciudad de Angol.
La autoridades para otorgar mayor comodidad y seguridad a los visitantes, cerraban la calle y los bailes se hacían precisamente en este principal acceso al centro, con fiestas de amanecida.